Pincelada histórica de San Juan de Lagunillas

Rubén Alexis Hernández

 

El pueblo conocido actualmente como San Juan de Lagunillas, capital de la parroquia del mismo nombre (municipio Sucre, estado Mérida), se ubica a unos 25 kilómetros de la ciudad de Mérida y a unos 1.059 metros sobre el nivel del mar. Se caracteriza geográficamente por tener un clima cálido y seco, relativa escasez de agua dulce, vegetación xerófita, entre otros aspectos. El área donde se asienta fue ocupada por diversos grupos humanos desde mucho antes de la llegada de los españoles, tal como otros tantos sitios en los Andes merideños. En este contexto, exponemos algunas notas que consideramos pertinentes para comprender el pasado y presente socioespacial de esta población merideña.

 

 1.- Durante el periodo prehispánico la zona, cercana a Zamu o Jamun, (actual Lagunillas e importante núcleo social y religioso de la época), estuvo habitada por una relativamente numerosa población indígena, concentrada en el pequeño valle que sirve de asiento al San Juan de hoy, y en otras superficies planas o semiplanas en los alrededores. Su existencia se fundamentaba en un modelo socioproductivo comunitario; las viviendas eran bohíos, elaborados con materiales como piedras, madera y paja; su subsistencia dependía básicamente de la agricultura, de la cría de algunas aves y de la recolección de frutas silvestres como piña, aguacate, guayaba y otras; había una interacción armónica con los distintos componentes medioambientales, fenómeno que se reflejaba en sus creencias mágico-religiosas.

 

2.- En las cercanías de lo que hoy día es San Juan, fue asentada por primera vez la Mérida colonial (hay quienes aseguran que fue en el mismo sitio donde se ubica San Juan): “(…) y en aquel propio sitio donde estaba alojado, que es casi la última parte de la Lagunilla, yendo hacia la Sierra Nevada, pobló un pueblo con sus ceremonias acostumbradas, al cual llamó la ciudad de Mérida (…)” (Fray Pedro de Aguado, “Recopilación historial de Venezuela”). Posteriormente Mérida fue trasladada en dos oportunidades, hasta su ubicación definitiva en el actual casco central de la ciudad andina. Tras la llegada de los conquistadores al continente americano se implantó el cristianismo y una serie de estructuras de cara a la formación del orden hispánico, y el área de San Juan no fue la excepción en este sentido. Pronto los europeos sometieron a los indígenas mediante la encomienda y la evangelización, y los obligaron a ser fieles al rey de España y a servir al sistema colonial como mano de obra y como tributarios.

 

3.- Los indígenas sometidos por los colonizadores, fueron concentrados en un pueblo de encomienda o de “indios”, según la forma de un pueblo de españoles, para facilitar de esta manera su control y su adoctrinamiento cristiano. Y durante muchos años los naturales del lugar aquí reseñado estuvieron agregados administrativa y territorialmente a Lagunillas, hasta que el 27 de Julio de 1674, por limitaciones espaciales, se ordenó su regreso a la microrregión de San Juan (Edda O. Samudio A., “Los Pueblos de Indios de Mérida”). Aparentemente el año en cuestión representó el origen del topónimo San Juan, si bien no era de Lagunillas sino de Mucuhun o Mucujun.

 

4.-Para la segunda mitad del siglo XVIII, San Juan era, desde el punto de vista eclesiástico, un curato, y su economía y subsistencia dependían del cultivo de caña dulce, cacao, algodón, yuca y cambur. La importante producción de caña en San Juan estimuló el surgimiento de numerosos trapiches allí, cuya presencia aún es relevante, siendo sus panelas comercializadas y consumidas en todo el estado Mérida y otras partes de Venezuela. También destacaba la cría de ganado, en especial del caprino, aprovechándose las condiciones geomorfológicas y biogeográficas de la zona. Habitaban unos 100 indígenas y unos 40 vecinos (“blancos”).

 

5.-La llegada del periodo republicano no significó grandes cambios para San Juan. Hasta la construcción de la carretera Trasandina y de la carretera Panamericana, fue una localidad ajena en cierta medida a las transformaciones que progresivamente se daban en una Venezuela independiente de España, pero vinculada cada vez más al capitalismo global, y por tanto con la necesidad de modernizarse en un sentido general. Aún en el presente, San Juan conserva algunos rasgos del pasado colonial, e incluso de la etapa prehispánica. Estos rasgos se aprecian, por ejemplo, en la presencia de edificaciones en base a tapia, piedras y madera, y en la trascendencia de algunas creencias religiosas.

 

6.- Hoy día San Juan es la segunda parroquia con más población del municipio Sucre; su economía aún depende en buena medida del cultivo de la caña dulce y su procesamiento; se comunica por carretera con Lagunillas y Jají; y destaca la presencia en el lugar de un Jardín Botánico de la Universidad de Los Andes, y del CEPRA (Centro Penitenciario Región Los Andes).



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