Breve descripción toponímica de Mérida en el siglo XIX (Plano topográfico de 1856). Algunas calles transversales. Parte II.

 

Rubén Alexis Hernández

 

De Arias o calle decimosexta: denominada así en honor al merideño Buenaventura Arias, primer rector de la Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros (actual Universidad de Los Andes), y sexto obispo de la diócesis de Mérida. Posiblemente este topónimo fue establecido luego de 1830. Sigue vigente el nombre y corresponde a la calle 28.

 

De Zea o calle decimoséptima: llamada así en honor al neogranadino Francisco Antonio Zea, científico y luchador por la independencia venezolana. Entre otras cosas, se le conoce por haber sido uno de los personajes que presidió el Congreso de Angostura. Al final de esta calle, desde la intersección con la de Lora, partía un antiguo camino de recuas que comunicaba a Mérida con la zona conocida como La Otra Banda. Este camino fue sustituido por un moderno enlace vial que parte de la Cruz Verde, lugar llamado de esa manera por la ubicación allí de una cruz metálica del mismo color. También cabe destacar que en la intersección de esta calle con la de La Independencia, se ubicaba la iglesia de la Santa Cruz, conocida actualmente como iglesia de El Llano. Es un topónimo asignado luego de 1830. En nuestros días lleva el mismo nombre y corresponde a la calle 29.

 


De San Mateo o calle decimoctava: denominada así en honor a las batallas independentistas libradas en territorio aragueño (marzo de 1814), una de las cuales es célebre por la inmolación del patriota neogranadino Antonio Ricaurte. Este topónimo fue posiblemente asignado luego de 1830. Aún lleva el mismo nombre y corresponde a la calle 30.

 

De Junín o calle decimonovena: designada así en honor a la batalla de Junín, uno de los últimos enfrentamientos que sostuvieron los ejércitos realistas e independentistas en territorio peruano. Dicha batalla, celebrada en agosto de 1824 en lo que actualmente se conoce como el departamento de Junín (Cordillera Andina peruana), representó un hito dentro del proyecto independentista liderado por Bolívar, luego del fracaso de José de San Martín. Posiblemente este topónimo fue establecido luego de 1830. Actualmente recibe el mismo nombre y corresponde a la calle 31.

 

De Unda o calle vigésima: denominada así en honor al guanareño José Vicente Unda, sacerdote que participó en el proceso independentista, siendo uno de los firmantes del acta del 5 de Julio de 1811. Luego de 1830 arribó a Mérida, transformándose en el séptimo obispo de la diócesis en 1835. Este topónimo fue asignado con posterioridad a la muerte del obispo, acaecida en Mérida en 1840. En la actualidad sigue vigente el topónimo y corresponde a la calle 32.

De Boyacá o calle vigesimoprimera: llamada así en honor a la conocida batalla que selló la independencia de la Nueva Granada. Realizada en agosto de 1819 en la Cordillera Oriental colombiana, constituyó otro de los triunfos importantes de Simón Bolívar al mando de los procesos independentistas en América del Sur. Topónimo establecido luego de 1830. Hoy recibe el mismo nombre y corresponde a la calle 33.

 

De Flórez o calle vigesimosegunda: denominada así en honor a Juan José Flores, luchador por la independencia venezolana en distintas campañas y batallas. Aunque nació en Venezuela, es más conocido por su papel al frente de la presidencia de la república del Ecuador, donde murió en 1864. Topónimo asignado posiblemente con posterioridad a 1830. En la actualidad tiene el mismo nombre y corresponde a la calle 34.

 

De La Primavera o calle vigesimotercera: es posible que haya sido designada así por alguna de estas dos razones: o bien por la presencia de una planta herbácea conocida como primavera, de flores coloridas y llamativas, o bien porque había algún lugar abundante en vegetación de todo tipo, dándole un aspecto digno de eterna primavera. En todo caso, es evidente que para la época gran parte de la ciudad de Mérida, de expansión urbana lenta, aún presentaba abundantes áreas propicias para el desarrollo de distintas formaciones vegetales, e incluso muchas calles estaban literalmente tapizadas por el monte y la maleza. Más aún en el caso de la calle La Primavera, casi despoblada y ubicada en las inmediaciones del sector conocido como Llano Grande (abarcaba desde lo que hoy conocemos como Glorias Patrias hasta Pie del Llano). Es un topónimo de posible origen colonial. Hoy en día recibe el nombre de Santos Marquina y corresponde a la calle 35.

 

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