Las comunicaciones entre Mérida y Barinas (primera década del siglo XIX)
Rubén
Alexis Hernández
A
continuación se transcriben algunos extractos de la información aportada por
varios funcionarios coloniales de Mérida, relativa a las comunicaciones entre
Barinas y lo que hoy es el estado Mérida en la primera década del siglo XIX. Se
hacía énfasis en las condiciones e importancia del conocido camino de Los
Callejones.
“(…)
Que sabe, y le consta que los Callejones que hay en el camino de esta ciudad á
la de Barinas pertenece casi por mitad á una y otra jurisdicción (…)
(…)
Que también es notorio que no obstante el mal terreno de dichos Callejones los
trancitan diariamente arrieros que no solo llevan y traen quarenta y cinquenta
mulas, sino ochenta y hasta ciento, con toda clase de cargas (…)
(…)
Que es igualmente público y notorio que trancitan dichos Callejones hasta mujeres
las mas principales que se han casado de aquella en esta y de esta en aquella,
y también varias niñas que han venido á tomar el hábito en el convento de esta
ciudad sin que (…) hayan recibido el más mínimo quebranto ni avería (…)
(…)
Que cualquier Señor Iltmo. ú otra persona por mucho que sea la conveniencia y
despacio con que quiera ir, podrá llegar á la propia ciudad de Barinas, lo mas
en el término de los cinco días (…)
(…)
Que notoriamente hay dentro de esta jurisdicción caminos mucho mas peores que
el de los Callejones (…) por donde no todas personas pueden transitar (…)
(…)
Que le consta al declarante que no solo se ba á Barinas por el camino de los
Callejones, sino también por Aricagua, el Quinó, Curbatí y Santa Bárbara.
(…)
Que es cierto que por Truxillo se entra á Barinas por Boconó, Caldera y la Pica
(…)
(…)
Finalmente fue repreguntado si por los Callejones se pueden traer á esta ciudad
ganados mayores y menores, y dijo: Que ha sido y es tan frecuente esto quanto
que están libres de las pérdidas considerables que se experimentan por los
demás caminos; que el declarante lo ha hecho, y aun tiene muy presente que su
padre extrajo de Barinas docientos novillos por dichos Callejones, y que hasta
la plaza de esta ciudad solo perdió una; que también se traen toda especie de
bestias, y que de aquí allá han llevado hasta ovejas con ser que es el animal
mas delicado que hay para caminar; como igualmente que el D.D. Rafael Ruiz
Valero vino enfermo de gravedad en silla de manos por dichos Callejones (…)
(…)
aunque los caminos son algo ásperos, porque nunca se han compuesto con mediana
normalidad, se trajinan con mucha frequencia por gentes de todas edades y sexos
á pié y á caballo, y para llegar á los términos de su jurisdicción apenas se
podrán gastar de dos días y medio á tres desde esta ciudad, yendo con toda
comodidad. Y lo que llaman aspero del camino solo es en los medios, y el resto
es de buen camino y transitable (…)”. Antonio
Ramón Silva (compilador). Documentos para
la historia de la Diócesis de Mérida. Mérida: Imprenta Diocesana, 1910, pp.
33-34, 39-41,48.
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