Notas teórico-metodológicas sobre la fundación hispánica de algunas poblaciones merideñas (a propósito de otro “aniversario” de la ciudad de Mérida)
Rubén
Alexis Hernández
1.-
El término fundación, desde el punto
de vista poblacional, hace referencia al establecimiento o creación de un asentamiento, por obviedad en un
espacio previamente desocupado; tal fundación por lo general conlleva las
pautas para ocupar progresivamente, organizar y poblar dicho espacio. Ahora bien, según la doctrina jurídica española durante el periodo colonial hispanoamericano (leyes de Indias), la fundación de un centro poblado no significaba necesariamente su creación en un lugar desocupado. A todas luces una contradicción, considerando que las normativas hacían mención permanente de las nuevas poblaciones, que por supuesto no podían ser tales si en los lugares de asentamiento ya residían indígenas, como en el caso de buena parte lo que hoy día es el estado Mérida, donde habitaban aborígenes de forma
permanente (sedentarios), gracias a las características geográficas locales y a su condición de
agricultores. En este sentido, no hubo fundación como tal (en el sentido adecuado de la palabra) por parte de los
españoles, sino la ocupación colonial primaria, o en todo caso una fundación hispánica, mediante la cual se procedió a la organización espacial, poblamiento e implantación
estructural iniciales en áreas ya habitadas. A manera de ejemplo, los sitios que sirven de asiento a poblaciones como Mérida, Ejido, Tabay, Mucuchíes, Los Nevados, El Morro, Lagunillas,
Pueblo Llano, Mucurubá, Acequias y Chiguará, fueron zonas de hábitat parcial para diversos grupos
indígenas, y por tanto en estas localidades ocurrió una ocupación-intervención hispánica progresiva y no una creación de la nada por parte de los colonizadores. Además, la importancia de los naturales para la formación y consolidación del orden colonial en Mérida, en diversos ámbitos, es indudable.
2.-
En Mérida se “fundaron” pueblos de
españoles o de criollos y pueblos de encomienda
o de "indios". En los primeros
residían los colonizadores, quienes fungían como encomenderos y funcionarios
públicos en su gran mayoría, y en los segundos se concentró territorialmente a
los indígenas para su adoctrinamiento católico y control como mano de obra y
tributarios. Ambos fueron organizados espacialmente de acuerdo a las
ordenanzas de poblamiento emanadas por la Corona española, tales como el trazado en forma de cuadrícula, y la disposición de las calles y viviendas en torno a la
iglesia y a una plaza principal. Pueblos de españoles fueron Mérida y Ejido,
mientras que Acequias, Los Nevados, Tabay, Mucurubá, Cacute, Mucuchíes, Pueblo
Llano, El Morro, La Sabana y Torondoy, fueron algunos de los pueblos de encomienda
surgidos en los Andes merideños.
3.-
El vocablo fundación era muy poco utilizado por los colonizadores en Mérida; en su lugar
se empleaba con regularidad el término poblar para denominar a la orden emanada
por las autoridades para llevar a cabo la ocupación, el poblamiento y la organización territorial de cara a la formación y consolidación de la sociedad colonial. Resulta
curioso cómo numerosos merideños, incluidos algunos cronistas, han empleado la palabra
fundación para referirse al origen colonial de numerosas poblaciones, cuando ni
siquiera era mencionada, por ejemplo, en los autos que ordenaban que los
indígenas fueran asentados en forma de pueblo, al menos en los documentos que
hemos podido consultar.
4.-No
hay claridad sobre las fechas de fundación hispánica de varias poblaciones
merideñas, y esto se debe a factores como los siguientes: Falta de documentos,
ausencia de rigor y criterio metodológico en la búsqueda y análisis de la
información, cambio parcial o total del nombre de algunas poblaciones y traslado
geográfico de ciertos asentamientos. Por lo general se ha estimado un año de "fundación" posterior al verdadero origen colonial del poblado; en este sentido
considérese que se ha dado por sentado el año de 1586 como fecha de creación de
varios pueblos de encomienda, pero resulta que su nacimiento habría que
ubicarlo incluso en la época en que arribaron Juan Rodríguez Suárez (1558) y
Juan de Maldonado (1559) a tierras merideñas, o algunos años después en los
apuntamientos de población realizados por el alto funcionario Andrés Venero de Leyva
(1564). Por otro lado cabe señalar que en muchos casos no hubo una sino varias "fundaciones"; es así como Mérida fue trasladada en dos ocasiones, y los pueblos de "indios" fueron reorganizados territorialmente con el fin de controlar mejor a los
naturales y facilitar su evangelización. En este último apartado podemos señalar a la población de Mucurubá, restablecida al menos dos veces entre la
década de 1600 y la de 1650.

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