El río Chama y su enfoque etimológico
Rubén
Alexis Hernández
El río Chama a la altura de la población de Escaguey. Archivo fotográfico de Rubén Hernández, agosto de 2006.
El
Chama, principal curso fluvial del estado Mérida, nace en el páramo El Buitre,
sector Mifafí, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Según el geógrafo
Gustavo Silva León, se le identifica como quebrada Mifafí en su nacimiento, y
sólo comienza a recibir el nombre por el que es bien conocido en los Andes
venezolanos y el resto del país, varios kilómetros aguas abajo (Gustavo Silva
León, "Análisis hidrográfico e hipsométrico de la cuenca alta y media del
río Chama, estado Mérida, Venezuela", Revista
Geográfica Venezolana. Mérida: Universidad de Los Andes, vol. 40, 1999, p.
15). Discurre por buena parte del territorio merideño, desplazándose primero
por un gran valle longitudinal y luego por una abra transversal hasta su
desembocadura en el lago de Maracaibo. Su longitud total es de unos 180
kilómetros.
Chama
es un topónimo indígena, empleado por los colonizadores españoles en crónicas,
documentos y otros textos desde los primeros años de la ocupación territorial.
No obstante, cabe advertir que el primer nombre que recibió a partir de la
conquista el río aquí reseñado, fue el de Guadiana, tal como su homónimo de la
Península Ibérica. En su denominación definitiva influyó la presencia, en el
sur del lago de Maracaibo, de una parcialidad indígena llamada Chama:
"Llamó
a este río Juan Rodríguez el río de Guadiana, a imitación de otro río que de
este nombre hay en España, y después por respeto de pasar por cerca de un
pueblo que en los llanos de la laguna está llamado Chama, de quien españoles
han tenido noticia y vístolo muchos años antes en tiempo de micer Ambrosio y de
otros que llamaban abajo a este río de Chama y perdido el que Juan Rodríguez le
puso de Guadiana. Los naturales, que en sus riberas están poblados, como son
muchos, cada cual lo llama en su tierra como quiere, y por esta causa no se
pone aquí nombre propio" (Pedro de Aguado. Recopilación historial de Venezuela, tomo II, p. 397).
En
cuanto al significado del término, hay muchas dudas y poca certeza, pero vale
la pena destacar en el presente escrito lo que al respecto señalan el sociólogo
Julio César Salas y el historiador del arte Franklin Cañizales. En primer
lugar, Salas creía que el onomástico Chama provenía de otras lenguas
prehispánicas, considerando que hay topónimos parecidos en áreas
etnolingüísticas como la prequechua y la náhuatl:
"Su
nombre Chama es análogo a Chimu del valle de Chicama en el Perú, comarca donde
fueron encontrados los Chimues, pueblo de anterior civilización a la misma
quichua o inga, en cuya toponimia encontramos pueblos llamados Chame y Chamaya
y una comarca Chamaca así como en el Ecuador hallamos Chamas y Chamacon en
Darién, Chama y Chamal en México (…)"
(Julio César Salas. Etnografía de
Venezuela, 1956, p. 33).
Mientras
que Cañizales, basándose en el Diccionario
y Gramática Chibcha (María Stella González, trascripción y estudio
histórico- analítico), y en aspectos simbólico-religiosos de los antiguos
indígenas, cree que la verdadera grafía del vocablo referenciado es Chamab, que
proviene de la lengua chibcha, y, a diferencia de Salas, se anima a dar un
significado:
"El
Río Chama es el reflejo en la tierra de esa direccionalidad de la Vía Láctea al
momento del nacimiento. Es una direccionalidad sagrada, subrayada por el
verdadero significado del río Chama, que al traducirlo, sería: CHAMAB =
"Nuestra sangre". El sentido estaba asociado a la sangre del
nacimiento, la sangre del dios y el camino que siguieron los seres que bajaron
del cielo". CAÑIZALES, Franklin, "Ojos del
Creador, Hijos de Santa Lucía: la presencia iconográfica de Santa Lucía como
continuidad del pensamiento religioso prehispánico MUCU (MUPQU) en la región
merideña".Dirección URL: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/200/20001102.pdf).
Menciónese
que al verificar el significado del término Chamab en el Diccionario y
Gramática Chibcha, se nota que no hay concordancia entre lo señalado en este
texto y lo expuesto por Cañizales. La palabra sangre corresponde a Hyba según
el diccionario (Ob. cit., p. 317), y evidentemente contrasta (por no decir otra
cosa) con el término Chamab indicado por Cañizales. En realidad, este autor
hace la afirmación forzando una analogía morfológica y conceptual, y de acuerdo
a lo que supone era el sentido espiritual del río Chama para los antiguos
pobladores "merideños".

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