6 razones para conocer y disfrutar a Mérida
Rubén Alexis Hernández
1.- Diversidad paisajística: El estado Mérida se caracteriza por presentar alturas sobre
el nivel del mar que van desde los casi 0 metros en la costa sur del Lago de Maracaibo
hasta cerca de los 5000 metros en el pico Bolívar. Como consecuencia fundamental
podemos encontrar una variedad de paisajes en apenas unos cuantos miles de kilómetros
cuadrados: páramos, bosques nublados, zona xerófita, selva tropical, entre otros. De
manera que el merideño o visitante puede pasar en dos o 3 horas del frío páramo al
caluroso semidesierto de la población de Lagunillas y sus alrededores, por ejemplo. Esta
diferencia paisajística posibilita una importante biodiversidad conformada por
numerosas especies de plantas arbóreas, arbustivas y herbáceas, y de mamíferos,
reptiles, insectos y otros representantes de la fauna. En lo relativo al mundo animal,
Mérida es considerada por algunos como un paraíso para los observadores de aves, y en
este sentido atrae cierto turismo.
2.- Belleza escénica: Los Andes merideños fueron premiados con unas particulares
características geomorfológicas y climáticas, que dieron origen a una serie de
componentes medioambientales y fenómenos que tanto gustan. Aquí se destacan las
abundantes lagunas de la Sierra Nevada y de la Sierra La Culata, ideales para la pesca
de la trucha y para acampar en sus alrededores; las nevadas ocasionales en las cumbres
más elevadas, que “enloquecen” a merideños y foráneos; y la neblina que por las tardes
cubre diversas zonas del estado Mérida.
3.- Ventajas notables para la práctica del ecoturismo: En Mérida predominan los
paisajes rurales sobre los paisajes urbanos; de manera que es común encontrarse en casi
cualquier lugar del estado andino con un bosque o un páramo poco intervenido por el
humano, con montañas prácticamente despobladas, con ríos y lagunas de aguas limpias
y con antiguos caminos de tierra o empedrados. Condiciones como estas han impulsado
el turismo ecológico en Mérida, en modalidades como el senderismo, la escalada, el
ciclismo de montaña, el ‘camping’ (acampar), y el ‘rafting’ (descenso de ríos).
4.- Presencia de pueblos atractivos: Debido a la mezcla arquitectónica y urbanística de
elementos indígenas, españoles y republicanos, contamos en Mérida con algunas
poblaciones visualmente atractivas, en las que la mayoría de edificaciones son
armónicas respecto al medio geográfico que las sustenta. En este contexto
asentamientos como Los Nevados y Acequias se muestran al visitante como una especie
de mosaico compuesto por el rojo de los tejados, el blanco de sus paredes y el gris de
sus calles empedradas.
5.-Amabilidad, sencillez y entrega de los pobladores: Si algo describe bien
al merideño es su calidez, su trato amable y su generosidad con el visitante. En parte se
trata de una forma de ser derivada de aquellos tiempos en que prevalecían el convite y la
mano vuelta, estrategias en las que los andinos se ayudaban mutuamente en
la agricultura y otros menesteres. A grandes rasgos el habitante de las tierras merideñas,
en particular el campesino, es bien amistoso, servicial y capaz de halagar con comida y
alojamiento a cambio de nada, o quizá de una simple sonrisa, un agradecimiento o un
Dios le pague (quienes son cristianos, claro está).
6.-La alimentación y el hospedaje han sido relativamente baratos, con todo y
la dura crisis económica que azota a Venezuela desde mediados de la década de 2010:
Destáquese en este sentido la alimentación ofrecida en posadas y viviendas particulares de
numerosos pueblos merideños, basada en productos locales, bien preparada y a precios
bajos en comparación con lo ofrecido por el alto sector turístico privado. Platos como la
pizca andina, la sopa de arvejas y el cochino frito, han formado parte de esa oferta
gastronómica basada en la producción agropecuaria del estado Mérida, siendo nutritivos,
deliciosos y baratos (aunque la carne de cerdo subió mucho de precio en los últimos años).
A lo anterior podemos agregar que posiblemente estarán operativos de nuevo, a corto o
mediano plazo, el aeropuerto Alberto Carnevalli y el Sistema Teleférico, sin duda
alguna dos potentes imanes turísticos desde mediados del siglo XX.
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