6 razones para conocer y disfrutar a Mérida

 

 

Rubén Alexis Hernández

 

 

 

 1.- Diversidad paisajística: El estado Mérida se caracteriza por presentar alturas sobre

    el nivel del mar que van desde los casi 0 metros en la costa sur del Lago de Maracaibo

    hasta cerca de los 5000 metros en el pico Bolívar. Como consecuencia fundamental

    podemos encontrar una variedad de paisajes en apenas unos cuantos miles de kilómetros

    cuadrados: páramos, bosques nublados, zona xerófita, selva tropical,  entre otros. De

    manera que el merideño o visitante puede pasar en dos o 3 horas del frío páramo al

    caluroso semidesierto de la población de Lagunillas y sus alrededores, por ejemplo. Esta

    diferencia   paisajística   posibilita   una   importante   biodiversidad   conformada   por

    numerosas   especies   de   plantas   arbóreas,   arbustivas   y   herbáceas,   y   de   mamíferos,

    reptiles, insectos y otros representantes de la fauna. En lo relativo al mundo animal,

    Mérida es considerada por algunos como un paraíso para los observadores de aves, y en

    este sentido atrae cierto turismo.

  

 2.-  Belleza escénica:   Los  Andes  merideños fueron premiados  con   unas  particulares

    características   geomorfológicas   y   climáticas,   que   dieron   origen   a   una   serie   de

    componentes medioambientales  y fenómenos que tanto gustan. Aquí se destacan las

    abundantes lagunas de la Sierra Nevada y de la Sierra La Culata, ideales para la pesca

    de la trucha y para acampar en sus alrededores; las nevadas ocasionales en las cumbres

    más elevadas, que “enloquecen” a merideños y foráneos; y la neblina que por las tardes

    cubre diversas zonas del estado Mérida.

 


La neblina es de notable agrado de merideños y visitantes. Archivo fotográfico de Rubén Hernández, agosto de 2007.

    3.-  Ventajas notables para la práctica del ecoturismo: En Mérida predominan los

    paisajes rurales sobre los paisajes urbanos; de manera que es común encontrarse en casi

    cualquier lugar del estado andino con un bosque o un páramo poco intervenido por el

    humano, con montañas prácticamente despobladas, con ríos y lagunas de aguas limpias

    y con antiguos caminos de tierra o empedrados. Condiciones como estas han impulsado

    el turismo ecológico en Mérida, en modalidades como el senderismo, la escalada, el

    ciclismo de montaña, el ‘camping’ (acampar),  y el ‘rafting’ (descenso  de ríos). 

 

    4.- Presencia de pueblos atractivos: Debido a la mezcla arquitectónica y urbanística de

    elementos   indígenas,   españoles   y   republicanos,   contamos   en   Mérida   con   algunas

    poblaciones   visualmente   atractivas,   en   las   que   la   mayoría   de   edificaciones   son

    armónicas   respecto   al   medio   geográfico   que   las   sustenta.   En   este   contexto

    asentamientos como Los Nevados y Acequias se muestran al visitante como una especie

    de mosaico compuesto por el rojo de los tejados, el blanco de sus paredes y el gris de

    sus calles empedradas.

 

      5.-Amabilidad,   sencillez   y   entrega   de   los   pobladores:   Si   algo   describe   bien  

      al merideño es su calidez, su trato amable y su generosidad  con el visitante. En parte se

    trata de una forma de ser derivada de aquellos tiempos en que prevalecían el convite y la

    mano   vuelta,   estrategias   en   las   que   los   andinos   se   ayudaban   mutuamente   en  

    la agricultura y otros menesteres. A grandes rasgos el habitante de las tierras merideñas,

    en particular el campesino, es bien amistoso, servicial y capaz de halagar con comida y

    alojamiento a cambio de nada, o quizá de una simple sonrisa, un agradecimiento o un

    Dios le pague (quienes son cristianos, claro está).

 

   6.-La   alimentación   y   el   hospedaje   han sido   relativamente  baratos, con todo y  

    la dura crisis económica que azota a Venezuela desde mediados de la década de 2010:        

    Destáquese en este sentido la alimentación ofrecida en posadas y viviendas particulares de

    numerosos pueblos merideños, basada en productos locales, bien preparada y a precios

    bajos en comparación con lo ofrecido por el alto sector turístico privado. Platos como la

    pizca andina, la sopa de arvejas y el cochino   frito,  han  formado   parte   de   esa   oferta  

    gastronómica  basada en   la producción agropecuaria del estado Mérida,  siendo nutritivos,

    deliciosos y baratos (aunque la carne de cerdo subió mucho de precio en los últimos años).

   

    A  lo anterior podemos agregar que posiblemente estarán operativos de nuevo, a corto o

    mediano plazo, el aeropuerto Alberto   Carnevalli   y   el   Sistema   Teleférico,   sin   duda  

    alguna   dos   potentes imanes turísticos desde mediados del siglo XX.

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