El empleo de animales en las comunicaciones merideñas


Rubén Alexis Hernández   

Con anterioridad al empleo de medios automotores para el desplazamiento humano por
el   territorio   merideño,   los   pobladores   andinos   debían   recorrer   los   distintos   paisajes
exclusivamente de forma pedestre o a lomo de animales como el caballo o la mula. Considerando   la   dificultad   que   entrañaba   movilizarse   a   pie,   en   especial   por   la
complejidad   geomorfológica   y   climática   de   las   áreas   montañosas,   es   evidente  
que equinos como los mencionados se llegaron a transformar en elementos claves para las
 comunicaciones,   siendo   bien  útiles para   la   ocupación,  organización  y   modificación
  espacial de Mérida entre comienzos del periodo colonial y mediados del siglo XX. Es
  indudable   que   sin   la   presencia   del   medio   de   tracción   animal   hubiera   sido   bien
  complicada,   por   ejemplo,   la   presencia   durante   el   periodo   colonial   de   un   circuito
  comercial efectivo en torno al valle longitudinal del río Chama.
  
 Tengamos   en   cuenta,  primeramente,   que  fueron  los   españoles  quienes   introdujeron
 animales   característicos   de   sus   tierras   (Península   Ibérica)   a   los   Andes   merideños,
 considerando que podían ser tan útiles en el “Nuevo Mundo” como en España. Desde el
 punto de vista de las comunicaciones fueron introducidos el asno o burro, el caballo y el
toro (como buey), y como un híbrido de los dos primeros se obtuvo la mula. Como medios de transporte estos animales se clasificaban en: 1) De carga, cuando fueron empleados para el transporte de alimentos y otros rubros; y 2) De montura, cuando solamente transportaban personas.
 Cabe acotar que en zonas como la cuenca alta del río Chama, dominada por una abrupta topografía generalmente superior a los 2.500 metros sobre el nivel del mar, la mula llegó a ser el medio de transporte más utilizado,  debido a  las  ventajas sobre otras  bestias,  específicamente  como  medio de carga. Algunos baquianos y arrieros actuales aseguran que la mula es capaz de soportar pesos cercanos a los 100 kilogramos, o incluso un poco más. En este orden de ideas el investigador Nelson Paredes Huggins indica:
   
“(...) la mula presentaba innegables ventajas por tener mayor capacidad
    de carga que el burro, y una resistencia superior a la del caballo (...). La
    utilización del caballo y del burro como medios de transporte dependía,
    respectivamente, de la forma  del relieve  y  de  los  recursos económicos
    disponibles.   En   el   caso   del   caballo,   las   laderas   y   páramos   andinos
    limitaban considerablemente el empleo del mismo, especialmente como
    bestia de carga. El caso del burro difiere de la anterior, por cuanto el
    relieve montañoso andino no era una limitación  para él (...)”  (Nelson
    Paredes Huggins. Vialidad y comercio en el Occidente venezolano. 1984,
    pp. 60-61).
  
 Con la  llegada del  automóvil a  tierras   andinas, poco  a poco  fue  disminuyendo  el
    empleo   de   animales   como   medio   de   transporte,   especialmente   en   aquellas   áreas
    ubicadas a lo largo de carreteras como la Trasandina o la Panamericana. Sin embargo
    no   se   ha  prescindido   totalmente   de  los   equinos   para   el   transporte  de   personas      
   y mercancías, y como prueba de ello podemos mencionar que en poblaciones como Los
    Nevados,   Mucumpiz   (pueblo   cercano   a   Torondoy),   El   Hernández   (Mucurubá),
    Gavidia, Acequias y La González (Páramo Los Conejos), es relativamente común la
    presencia de baquianos y arrieros conduciendo caballos, mulas y/o burros con alimentos,
    diversos productos de uso cotidiano y/o lugareños. Adviértase en este sentido que los
    animales siguen siendo fundamentales para las comunicaciones en aquellos lugares en
    los que no hay acceso automotor o es muy limitada la presencia de automóviles; tal es
    el caso de Los Nevados, adonde sólo llegan algunos vehículos rústicos y motocicletas,
    y de la aldea La González.
   
 Por cierto que desde   hace   algunos   años   la   utilización   de  equinos   en   las   comunicaciones merideñas, ha recibido un notable impulso gracias al sector turístico, específicamente al ecoturismo (ciertamente reducido drásticamente debido a la crisis económica venezolana), modalidad que ha estimulado el recorrido de merideños y visitantes por antiguos caminos, algunos de ellos de desplazamiento frecuente durante el periodo colonial.   Estas   rutas,   conocidas   en   el   argot   turístico   como   Caminos   Posaderos Andinos, por formar parte de paquetes de excursionismo ofrecidos para quienes se hospedan en las renombradas mucuposadas, son exigentes en buena medida, y por tanto algunos excursionistas requieren de animales para su movilización.
   
De manera que en algunas partes de Mérida aún es importante el medio de transporte
 animal, y lo seguirá siendo mientras existan los antiguos trazados viales, la presencia
  de poblaciones semiaisladas y el interés por conocer y disfrutar los diversos paisajes
  andinos.
     

                          Baquianos de la localidad de Gavidia. Fuente: Archivo fotográfico de Rubén                                                                                 Hernández, 17-12-2006

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