Notas sobre la alimentación prehispánica en “Mérida"
Rubén
Alexis Hernández
Los
antiguos indígenas de lo que hoy día es el estado Mérida, fueron agricultores
que, con ciertas técnicas y manejo conservacionista, lograron una producción
relativamente diversa y abundante. Y en sus lugares de asentamiento, contaron,
además, con la presencia de vegetación silvestre y sus frutos comestibles.
Ambos factores determinaron el surgimiento de una dieta en la que predominaban
los alimentos de origen vegetal, con la yuca, el maíz, el cacao, el frijol, el
ají, la auyama, la batata, la guayaba, la piña y el aguacate, entre otras
especies, como parte del régimen alimentario de las tierras bajas; mientras que
en las tierras altas, además del frijol y el maíz (de cultivo bien limitado por
encima de los 3000 metros sobre el nivel del mar), el churí, la cuiva, la ruba,
la arracacha (también conocida como apio) la mora, la curuba, el michiruy, el
saní y la cuchuva, eran degustados día a día por los aborígenes. Mediante los intercambios,
los indígenas de diversas partes complementaban su consumo de vegetales.
Rubas cosechadas en la población de Misintá. Fuente:https://petroglifosrevistacritica.org.ve/wp-content/rep/2021_040105.pdf
Si
bien en menor medida, los naturales comían la carne de animales domésticos, de
aquellos que cazaban ocasionalmente, y de los que obtenían por trueque con
pueblos asentados en las franjas piemontinas, por ejemplo. El pavo, el venado,
el conejo y el pescado, entre otros animales, enriquecían una dieta en la que
predominaba el consumo de vegetales.
De
acuerdo a lo señalado en los párrafos precedentes, la alimentación de los
habitantes prehispánicos de "Mérida" era relativamente variada y
equilibrada, con un adecuado aporte de proteínas, carbohidratos y grasas. Hay
quienes aseguran erróneamente que debido a que no eran asiduos consumidores de
carne, los naturales no aportaban suficiente proteína a su organismo, sin tener
en cuenta que plantas como el maíz y el frijol, por mencionar sólo dos,
aportaban los aminoácidos esenciales.
La
sal era masivamente consumida antes de la llegada de los españoles, y también
empleada como conservante, en especial de carnes. Gracias a su potente acción
como condimento, no faltaba en la cocina diaria de los indígenas, junto a
algunas hierbas que otorgaban un sabor especial a las comidas. En general la
sal provenía de las salinas de lo que hoy día es Maracaibo y sus alrededores.
Algunos pudieran pensar que del antiguo Pueblo de la Sal, actual Piñango,
también extraían el condimento, pero no hay evidencias que así lo indiquen, más
allá de lo que sugiere el topónimo.
La
bebida más consumida luego del agua, era la chicha elaborada con maíz amarillo
o blanco, y endulzada en ocasiones con miel de abejas. En ciertos rituales se
tomaba bien fermentada, con un grado alcohólico relativamente elevado. También
era común una preparación líquida a partir del cacao, conocida como chorote,
nombre con el que también se denominaba a una vasija trípode de uso ceremonial.
Mientras
que algunos alimentos se comían crudos (frutas e hierbas), otros se asaban,
guisaban o sancochaban, con la leña como principal combustible. Se utilizaban
diversos recipientes y utensilios para cocinar, ingerir y almacenar los
vegetales, las carnes y las bebidas: ollas, budares, múcuras, totumas, entre
otros.
Los
siguientes platos pudieron haber formado parte de la mesa prehispánica en
"Mérida": a) arepas, bollitos, "hallacas" y otras
preparaciones a base de maíz; b) frijoles guisados con algún tubérculo; c)
rubas sancochadas y acompañadas con ají y/o saní; d) venado o conejo asado con
rubas y ají; e) pescado asado con yuca y/o batata; f) pavo, conejo o venado
guisado con rubas o yuca; g) caldos y sopas.
Comentarios
Publicar un comentario