Breves comentarios sobre la filosofía de vida de Juan Félix Sánchez
Rubén Alexis Hernández
Juan Félix Sánchez fue uno de los
personajes más emblemáticos de las tierras altas merideñas durante el siglo XX,
bien conocido por la elaboración en piedra de capillas en San Rafael de Mucuchíes
y en El Tisure (lugar ubicado a unas 6 horas a pie desde el caserío La
Mucuchache, en la carretera Trasandina), por su notable labor como tallista y
por su incursión como tejedor. Fue un típico representante del campesino promedio:
sencillo, solidario, ingenuo, laborioso y bien apegado a su tierra. En este
sentido practicaba una filosofía de vida austera, contraria al derroche
material que impera en la actualidad, y del que ya no se salva ni la mayoría de
los pobladores de las zonas rurales. Sánchez creía que la riqueza representaba
un gran problema social y consideraba que la acumulación de capital era una
verdadera calamidad para la humanidad.
Del gigante
del Tisure, como algunos conocían a Sánchez, vale destacar su formación educativa
autodidacta, proceso que indudablemente incidió en el desarrollo de un talento artístico
excepcional, sin la limitante influencia académica. A duras penas Sánchez
estudió algunos grados de lo que actualmente se conoce como educación básica,
pero así y todo no le hizo falta tanta instrucción para ser feliz (según su
óptica, claro está) y ser útil a sus semejantes. También consideramos
importante la capacidad de reflexión de Sánchez frente a las consecuencias
sanitarias y sociales del consumo de drogas, aspecto que cobra mayor
importancia debido a que el mismo Juan Félix fue consumidor regular de chimó y
de cigarrillos (drogas legales) durante cierta parte de su vida. Sin duda
alguna los alcohólicos y otros drogadictos, algunos con elevados niveles de
instrucción, deberían aprender en este sentido de un campesino sabio de los
Andes merideños.
Fuente:http://artesanosdevenezuela.blogspot.com/2010/05/juan-felix-sanchez-maestro-del-silencio.html
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