El terremoto de 1894 en Mérida
Rubén
Alexis Hernández
1.-Descripción
general:
-Día
y hora: 28 de abril luego de las 10 pm.
-
Profundidad focal: A unos 11 kilómetros.
-Epicentro:
Piedemonte sur lacustre, específicamente en la selva de Onía, lugar cercano a
poblaciones como El Vigía, Tovar, Mesa Bolívar, Zea y Santa Cruz de Mora.
-Magnitud:
Entre 7.0 y 7.4.
-Intensidad:
VIII para la ciudad de Mérida, y entre X y XI para el área epicentral y zonas próximas.
Nota:
Información basada en el artículo “El terremoto del año 1894 en los Andes
Venezolanos” de Martín Rengifo y Jaime Laffaille, publicado en Revista Geográfica Venezolana, ULA, vol. 39, 1998, pp. 141-161.
2.-
Impacto paisajístico: Debido a la escasa profundidad del foco y a la
elevada magnitud, el terremoto de 1894
ocasionó grandes cambios medioambientales, en especial en la zona epicentral y
sus alrededores: destrucción parcial de la selva de Onía, derrumbes,
agrietamientos, hundimientos y otros efectos: “(…) se pudo observar un circuito
en que la selva virgen aparecía muerta o seca, y hacia el centro completamente
destrozada, con árboles seculares arrancados de cuajo (…)” (Tulio
Febres Cordero. Archivo de Historia y Variedades. Caracas, 1931).
“(…) produciendo en esta región, grandes grietas,
dislocaciones del terreno y eyecciones de légamos, petróleo y gases (…). Los
derrumbes de los cerros, fueron ahora de tal magnitud, que durante los tres
días siguientes a la gran sacudida una densa capa de polvo subió por la cuenca
del Chama (…), y las aguas de los ríos y torrentes corrieron por más de un mes
revueltas con barro y vegetales (…)” (José Ignacio Lares,
citado en Martín Rengifo y Jaime Laffaille, “El terremoto del año 1894 en los
Andes Venezolanos”).
3.-
Daño a estructuras y número de muertos : Destrucción de casas, iglesias, vías
férreas, puentes y otras construcciones, fue el saldo material del megasismo de
1894:
“Desde Chiguará hasta Tabay, a lo largo del Chama, se produjeron serios daños
en todas las ciudades, resultando prácticamente destruidas Jají, San Juan,
Lagunillas, Estánques, Ejido, La Mesa y Mérida. Con referencia a Mérida,
escribe Ignacio Lares (…): Iglesias hundidas, torres derrumbadas, casas sin
techos, paredes resquebradas, profundas grietas, vigas a medio caer, aleros
colgantes de escombros; la ciudad entera sin una sola casa en buen estado (…)”
(Martín Rengifo y Jaime Laffaille, art. cit.). A pesar de semejante panorama el
número de fallecidos no parece haber sido tan elevado. La mayor parte de los
muertos correspondió a las localidades de Tovar, Santa Cruz de Mora, Zea y Mesa
Bolívar, todas cercanas al epicentro, con varios centenares entre las cuatro;
mientras que para la ciudad de Mérida fueron contabilizados menos de 10 por el
escritor Tulio Febres Cordero.
4.-
Ayuda a las poblaciones afectadas: A la Mérida de 1894 le llovió sobre mojado,
pues a la no muy buena situación económica se sumaron las consecuencias
estructurales y humanas del gran terremoto. En este contexto fueron creadas las
Juntas de Socorro, encargadas de recibir ayudas en dinero, alimentos, ropa y
medicinas. Se estableció la junta central en Mérida, y en Ejido, La Mesa,
Tabay, Lagunillas, Chiguará, Tovar y otras poblaciones afectadas por el evento,
surgieron juntas subalternas. Las ayudas recibidas provenían de diversas partes
de Venezuela y del exterior.
5.-
¿Qué pasará en la ciudad de Mérida si ocurre un terremoto de similar o mayor
magnitud que el de 1894? Por desgracia no se puede ser optimista al respecto,
pues el desorden urbanístico-ambiental que caracteriza a la capital del estado
homónimo, junto a la presencia de numerosas edificaciones construidas sin tener
en cuenta las normas sismoresistentes, forman una combinación que, en caso de
un gran terremoto, ocasionaría una tragedia con un saldo humano muchísimo peor
que el de 1894. Notable peligro corren quienes viven o laboran cerca de los
taludes, sobre todo aquellos que por su pobreza se vieron obligados a ocupar
dichos espacios y habitar en viviendas precarias en el borde de los barrancos.
Entonces cabe preguntarse, ¿no se puede hacer nada para evitar tan trágico
destino? Afortunadamente la respuesta es positiva, siempre y cuando las
autoridades ejecuten, para empezar, una medida como la desconcentración
territorial-poblacional, prohibiéndose la construcción de casas y otras
edificaciones en lugares densamente poblados y en áreas frágiles, y estimulando
a su vez la emigración.
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