El terremoto de 1812 en Mérida. Panorama urbanístico actual ante la ocurrencia de un megasismo
Rubén Alexis Hernández
Este
fue uno de los terremotos más fuertes en la historia de Venezuela (hay quienes
difieren al respecto), al menos de los que se tiene registro; bien conocido
debido a que ocurrió en pleno proceso independentista, siendo un factor de
primer orden en la caída de la Primera República. Numerosas poblaciones
sufrieron importantes daños humanos y materiales, entre ellas Caracas,
Barquisimeto y Mérida, en las que pocas edificaciones quedaron sin algún daño a
sus estructuras. Ahora bien, hay quienes consideran que se trató de un evento
multifocal (con diferentes epicentros), o de dos sismos ocurridos a diferentes
horas, lo que explicaría, según esas versiones, la extensión del área afectada.
En
el caso de la ciudad de Mérida y sus alrededores, ubicados sobre algunas fallas,
como la de Boconó, el terremoto del 26 de marzo de 1812 dejó un saldo de
centenares de muertos y heridos, transformaciones medioambientales y daños
estructurales considerables. Entre los cambios paisajísticos en Mérida, destaca
la aparición de una grieta a lo largo del talud que da al río Chama, al menos
según lo relatado por el coronel William Duane, quien visitó a Mérida entre
1822 y 1823 (es de suponer que este personaje fue informado del terremoto por
testigos merideños):
"(…)
la grieta que se abrió en la superficie de esta áspera vertiente frente al
Chama; es una simple apertura en el borde de aquella muralla natural, y a lo
largo de milla y media hacia adentro, presenta la figura de una amplia cuna en
la parte superior rematando en forma puntiaguda. La hendidura fue producida por
una sola sacudida y el resto de la planicie conservó la misma configuración
actual" (Palomares R. Mérida Fábula de Cuatro Ríos, en Ángela Rivera y Rafael Torres, "Estudio de daños
originados a las Iglesias de la ciudad de Mérida por la acción de los
terremotos de 1812 y 1894", Revista Geográfica Venezolana, ULA, vol. 39,
1998, pp. 224-225).
Mientras
tanto los daños a numerosas edificaciones en Mérida y otras poblaciones de lo
que hoy día es el estado homónimo, no se hicieron esperar. En el caso de la
urbe merideña colapsaron algunas iglesias y capillas, y por ser Jueves Santo,
murieron numerosos asistentes a las misas. También quedaron en ruinas otros
edificios públicos:
"Este
sismo convirtió la ciudad de Mérida en escombros. El templo de San francisco
(Catedral provisional), el templo de San Agustín, la Iglesia del Espejo y la
del Llano quedaron en ruinas. También colapsaron el edificio de la Universidad,
el Palacio Episcopal y la Cárcel Pública. La Capilla del Carmen (anteriormente
Iglesia de Santo Domingo de Guzmán) no sufrió daños mayores durante este
terremoto" (Ángela Rivera y Rafael Torres,
"Estudio de daños originados…, p.240).
Tras
203 años de aquel evento sísmico en la ciudad de Mérida, cabe preguntarse:
¿cuál es el panorama urbanístico de cara a la ocurrencia de un terremoto,
teniendo en cuenta el acelerado crecimiento poblacional de los últimos años? La
respuesta es, de acuerdo a la realidad que se percibe día a día, y a lo
expresado por distintos especialistas, que se trata de un panorama desordenado
y caótico, propicio para que ocurra una tragedia en caso de un sismo de elevada
magnitud. Por un lado la meseta sobre la que se asienta Mérida, frágil en
cierto sentido por las características de los suelos (sedimentarios y
arcillosos), y por la presencia de varias fallas menores y de numerosos cursos
de agua, está repleta de construcciones de todo tipo, incluso en las cercanías
de los taludes, áreas bien propensas a los derrumbes durante un terremoto. Por
otro lado, se han diseñado y construido muchas edificaciones sin tener en
cuenta las normas sismo-resistentes, tal como señala el geógrafo José Herrera
en su artículo "Qué hacer y cómo comportarnos los merideños ante un
terremoto II parte", publicado en el diario Frontera, el 04-01-2009: "(…) en Mérida se han diseñado y
construido algunos edificios de varios pisos, sin la implementación de las
normas sismo-resistentes, con sótanos libres, columnas esbeltas y doble altura,
grandes tanques de suministro de agua potable en las azoteas, plantas libres en
las partes posteriores y el centro de los edificios, apareados en colindancia
con casas coloniales".
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