Breve descripción toponímica de Mérida en el siglo XIX (Plano topográfico de 1856). Calles longitudinales o avenidas.
Rubén
Alexis Hernández
De
Los Baños o
primera: Denominada así, posiblemente por su cercanía
a las riberas
de los ríos Albarregas y Milla, en cuyas aguas casi
cristalinas acostumbraban a bañarse los merideños de la época. Cabe destacar
que el nivel de contaminación del medioambiente merideño del siglo XIX era
insignificante sí lo comparamos con la actualidad; claro está, no había ni un
proceso de industrialización significativo ni
la gran cantidad
de automóviles que en
nuestros días han convertido a Mérida en un lugar poco digno para vivir. Es un topónimo
que posiblemente fue
asignado durante el periodo
colonial. En la actualidad
recibe el nombre de Rodríguez
Picón y corresponde a la Avenida 1.
De Lora o segunda:
Denominada así en honor al español Fray Juan Ramos de Lora, primer obispo de la
diócesis de Mérida en 1780, y fundador del Colegio de Mérida en 1785, elevado a
Seminario de San Buenaventura de Mérida de Los Caballeros en 1787 (génesis de
la Universidad de Los Andes). Por cierto, este Seminario se ubicaba entre esta
calle y la de La Independencia, a la altura de la calle de Vargas (actual
Rectorado), misma sede para la Universidad de Mérida en el siglo XIX. Durante
el periodo colonial esta vía era conocida como de La Barranca, por la ubicación
de gran parte de su recorrido en la orilla del despeñadero que da hacia el río
Albarregas. Cabe destacar que al igual que las calles de La Independencia y De
Bolívar, esta vía estaba prácticamente despoblada desde la
calle transversal De Junín hasta el comienzo del sector conocido como Llano
Grande. Posiblemente este topónimo
fue establecido en los años siguientes a la
muerte de Ramos de Lora, acaecida en 1790. Sigue vigente el nombre y
corresponde a la Avenida 2.
De La Independencia o tercera:
Denominada así en honor al proceso independentista venezolano, siendo Mérida
protagonista tanto por su condición de escenario de algunas batallas
trascendentales, como por haber sido cuna de ciertas personalidades que estuvieron
al servicio de dicha causa. Cabe destacar, entre otras cosas, que el
Libertador, a su paso por Mérida, pernoctó en una vivienda
ubicada en esta calle en las
proximidades de lo que actualmente
se conoce como
plaza El Llano.
También cabe mencionar
que la vía en
cuestión recibía anteriormente el nombre de Calle Real, por ser el camino
principal de acceso al centro de la ciudad desde el Llano Grande.
Es un topónimo designado luego de1830. Aún recibe el mismo nombre y
corresponde a la Avenida 3.
De Bolívar o cuarta:
Denominada así en honor a Simón Bolívar,
uno de los personajes de mayor influencia en el proceso independentista
venezolano. Recordemos que Mérida fue precisamente una
de las localidades
visitadas por este
personaje durante la llamada
Campaña Admirable, y donde supuestamente se le habría otorgado el título de Libertador
por primera vez. Cabe destacar, además, que Bolívar no sólo pernoctó en la
ciudad de Los Caballeros a su paso por Los Andes, sino en algunas localidades
del llamado Camino Real Interandino (actual
Carretera Trasandina), como
fue el caso
de la villa de Mucuchíes, donde
el señor Vicente Pino (propietario de un fundo) le regaló al Libertador el
famoso perro Nevado.
Es un topónimo
asignado luego de
1830. Tiene vigencia y corresponde
a la Avenida 4.
De
La Unión o
quinta:
Desconocemos la razón
específica por la
que esta calle
se denominaba así; aunque es posible
que el vocablo unión hiciera referencia o bien a la integración independentista de
Venezuela, Colombia, Ecuador
y Panamá en
la Gran Colombia, o bien a la integración de distintos factores (causa
común de las provincias, vinculación de distintos grupos socioeconómicos) que
hicieron posible la independencia política
de nuestro país.
Este topónimo tiene
su posible origen
luego de 1830.
En la actualidad lleva el nombre
de Zerpa y corresponde a la Avenida 5.
De La Paz o sexta:
Casi con seguridad es un topónimo que había referencia a la relativa paz alcanzada
en los territorios venezolanos y suramericanos una vez culminada la guerra independentista.
Considérese que Mérida fue una de las
provincias venezolanas que más se vio afectada por la
situación conflictiva, considerando que
fue escenario de
algunas batallas que alteraron el “pacifismo” de un espacio
territorial semiaislado de gran parte del país (más por la cosmovisión de sus
pobladores o por las limitantes económicas que por factores geográficos o
comunicacionales). Es un topónimo designado luego de 1830. En nuestros días
recibe el nombre de Rodríguez Suarez y corresponde a la Avenida 6.
Del Silencio
o séptima:
Desconocemos la razón
específica del significado
de este topónimo, aunque
creemos que tenía
relación con los bajos niveles de contaminación sónica que vivía la ciudad en
la época, especialmente en el caso de la calle en cuestión, que junto a la Del
Espejo, la de Los Baños y la De Lora, eran las menos pobladas de la Mérida del
siglo XIX. Imaginamos el profundo silencio que reinaba durante gran parte del
día, tal como aún puede apreciarse en algunos de los centros poblados merideños
más alejados de las grandes vías
de comunicación,
en los que
el tiempo parece
haberse detenido. Evidentemente
la Mérida de nuestros días difiere mucho de aquella ciudad del silencio, y bien
merece el mote actual de ciudad del
bullicio y el escándalo. Es un topónimo de
posible origen colonial. Actualmente recibe el nombre de Maldonado y
corresponde a la Avenida 7.
Del Espejo u octava:
Denominada así en honor a una virgen que habría aparecido en una especie de
espejito durante el periodo colonial (según refiere Don Tulio Febres), y que
también motivó la designación nominal de un sector y de un cementerio. Esta
calle daba hacia la barranca del río Chama, y lógicamente podían observarse
desde allí las numerosas haciendas
ubicadas en las
riberas de dicho río,
entre El Arenal y
San Jacinto. Es un topónimo de posible
origen colonial. En la
actualidad recibe el nombre
de Paredes y corresponde a la Avenida 8.
Vista de una calle de Mérida a mediados del siglo XIX. Pintura del alemán Ferdinand Bellermann. Fuente:https://www.elimpulso.com/2020/04/28/opinion-cronicario-ferdinand-bellermann-pinto-el-paisaje-de-la-venezuela-de-mediados-del-siglo-xix-28abr/
Comentarios
Publicar un comentario