Breve descripción toponímica de Mérida en el siglo XIX (Plano topográfico de 1856). Ríos.


Rubén Alexis Hernández

Albarregas: Desconocemos el significado exacto de este topónimo, aunque su aplicación en Mérida derivó de un río denominado de la misma manera en la ciudad homónima de España. Algunos investigadores creen que su sentido etimológico proviene de la voz latina Alba Regia  (alba es una radical ampliamente difundida en Europa, incluida la península ibérica), mientras que otros creen que proviene del término latín  Barraeca.  Para 1856 el Albarregas era un río de aguas casi cristalinas, utilizadas para el consumo humano y para el disfrute de los bañistas. La margen norte de esta corriente de agua era conocida desde los primeros tiempos coloniales como La Otra Banda (aún se emplea el término), y allí  se ubicaban   numerosas   haciendas   y  otras   propiedades   rurales.     Es   un   nombre   de   origen colonial. Término vigente en nuestros días.

Chama:   Es   un   término   indígena   que     no   ha   podido     ser   clarificado,   aunque   el investigador Franklins Cañizales cree que hace referencia a algo así como “nuestra sangre”, conclusión a la que arriba de acuerdo a ciertas consideraciones gramaticales expuestas en el Diccionario de Gramática Chibcha. Evidentemente este autor considera que Chama es un vocablo de origen chibcha, al igual que la generalidad lingüística de Los Andes merideños prehispánicos. Pero no podemos aceptar esta afirmación de Cañizales como una verdad absoluta,   más   aún   si   consideramos   que   anteriormente   otros   autores   habían   abordado diversos puntos de vista al respecto sin llegar a nada concreto. Cabe recordar que este río fue llamado Guadiana durante los inicios de la colonización en Mérida, nombre que luego fue cambiado de acuerdo a como presumiblemente lo llamaban ciertos grupos de naturales. Para 1856 se ubicaban numerosas haciendas en sus riberas, además de algunos centros poblados o sitios como San Jacinto o El Arenal. Es un topónimo prehispánico que está vigente.

Milla: Denominado así en honor a Juan de Milla, conocido albañil y artesano de comienzos del periodo colonial en Mérida. Personaje de gran reputación debido a su habilidad en la construcción de viviendas, de iglesias y de otras edificaciones. Para 1856 era una corriente fluvial de un caudal considerable en comparación con la actualidad; claro está, en el siglo XIX   gran   parte   del   recorrido   del   río   Milla   por   Mérida   se   caracterizaba   por   el   escaso poblamiento y una mínima destrucción de la cubierta vegetal protectora de la microcuenca. Topónimo de origen colonial. Vigente hoy día.

Mucujún: Desconocemos el significado preciso de este  término indígena”, incluso de la radical Mucu, de amplia difusión en toda la geografía merideña, y abordada por distintos investigadores.   Al   respecto,   se   han   propuesto   diferentes     teorías   sobre   su   origen   y significado, desde aquellos  que opinan que el vocablo hace referencia a el lugar o el sitio, hasta los que señalan que significa  tierra sagrada y nuestros ojos. Sin embargo, se trata en algunos   casos   de   simples   generalizaciones   y   en   otros   de   especulaciones   carentes   de argumentación  científica.  Es un topónimo de  origen  prehispánico.  Vocablo  de vigencia actual.

                                                Copia moderna del plano de Mérida de 1856.

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